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13 de junio de 2014

Brasil 2014: Chile golea a Australia con susto 3 a 1 y complica a España

La otra «roja», la de Sampaoli, la que pedía a España que no se apropiara de su histórico apelativo jugó veinte minutos perfectos, al ataque, con toque y distinción, en los que anotó dos bonitos goles, para dormirse después en los laureles.
El barcelonista Alexis marcó desde cerca el primer tanto, después de una buena jugada del conjunto suramericano. Valdivia refrendó ese buen fútbol de un equipo de talentos con un trallazo por la escuadra que levantó a diez mil chilenos de sus asientos en las gradas. El 2-0 hizo pensar a los chilenos que el trabajo estaba hecho [Narración y estadísticas].

Tanto se miraron al ombligo que permitieron el 2-1 del veterano Cahill, en un cabezazo sensacional. Esa diana supuso el despertar de una Australia muy inferior técnicamente que a fuerza de físico y de creer en sus posibilidades buscó la igualada (a España le interesaba mucho el empate) durante cincuenta minutos de entrega, fuerza, velocidad y sacrificio.

Chile era mejor por calidad, pero hay que respetar al contrario. No se puede jugar con Arturo Vidal un mes después de ser operado con una artroscopia. Con el nombre no se rinde. Los chilenos jugaban con diez porque Arturo no tocó un balón. No podía correr ante el despliegue físico de los australianos, dirigidos por un entrenador, Postecoglou, que basa en la potencia total durante noventa minutos el cien por cien del éxito de su equipo.

Cahill se echó el equipo oceánico a la espalda pegándose con Jara y Medel, mirándoles a los ojos con una intensidad que daba miedo, dándoles cera como si el central fuera él. Los asustó. El panzer austral chocaba con todo defensa que osara frenarle y abría huecos para recibir centros y encontrar el ansiado 2-2. Ahí surgió Leckie para formar su dúo ideal. El joven del FSV Francfort corrió por las bandas, rompió por velocidad y trajo en jaque a una retaguardia, la chilena, que no es una defensa propiamente dicha. Mena y Jara son jugadores reconvertidos. Y eso se nota cuando enfrente hay hombres de fútbol directo como los puntas australianos.

Sufrió Chile hasta el minuto final. Y España, que seguía el partido con la esperanza de un reparto de puntos, vio su ilusión frustrada cuando Beausejour firmó el tercer tanto en un buen disparo cruzado desde fuera del área.

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