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7 de octubre de 2011

ARGENTINA GOLEA A CHILE Y MESSI ILUSIONA SU PAÍS

Un público que recibió a su selección con cierta indiferencia y que lejos estuvo de concurrir masivamente al estadio de River Plate para el debut oficial de Sabella en el inicio de las eliminatorias camino al Mundial de Brasil 2014.

RECONCILIACIÓN CON LA HINCHADA
Pero a pesar de la poca asistencia, los hinchas presentes llegaron predispuestos a reconciliarse de una vez por todas con Messi, ovacionado ya desde el momento en que los parlantes del estadio anunciaban su nombre.

Y el mejor jugador del mundo respondió. No tanto con juego, sino en especial con el tan ansiado gol, que no marcaba oficialmente con la selección desde el 28 de marzo de 2009, en la goleada 4-0 ante Venezuela, que significó el debut oficial como entrenador de Diego Maradona.

Dos años y medio después, en un nuevo debut oficial, pero esta vez de Sabella, el astro del Barcelona se reencontró con la red en un partido en el que no se lució en el armador de juego como ocurrió en la Copa América y en el último Mundial de Sudáfrica. Entonces, Messi se cansaba de asistir a sus compañeros, pero el maldito gol se le negaba. Esta vez no brilló, pero fue oportuno.

La revancha llegó a los 25 minutos de juego. Tras una asistencia de Gonzalo Higuaín, la gran figura del partido con tres tantos, Messi se anticipó a la salida de Claudio Bravo y definió con un disparo fuerte al palo izquierdo del arquero chileno para el 2-0.

El mejor jugador del mundo se abrazó con Ángel Di María e Higuaín, sus rivales del Real Madrid, miró el cielo y agradeció, mientras el público comenzaba a corear su nombre.

Previamente, Higuaín, que venía de marcar un triplete en la liga española el último fin de semana, había abierto el marcador tras un pase de Di María.

El gol de Messi permitió la definitiva reconciliación del público argentino con su estrella. Así se pudo constatar siete minutos después del tanto, cuando la exigente platea Belgrano Baja se puso de pie y comenzó a aplaudir al jugador del Barcelona, que se había acercado al sector para patear un tiro de esquina.

En la segunda parte, Messi contó con espacios para desequilibrar y pudo devolver gentilezas con Higuaín al asistirlo para el 4-1 que selló el partido. No hubo tiempo para un segundo gol personal, pero la tarea estaba cumplida.

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