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22 de abril de 2010

SAMARANCH PRESIDENTE DE COMITÉ OLIMPICO FALLECIÓ

El expresidente del COI falleció a las 13.10 horas tras permanecer inconsciente desde el domingo. El hombre que trajo los Juegos vio el Nadal-Verdasco por TV antes de ingresar en el hospital por su pie.

La llama de Juan Antonio Samaranch se apagó definitivamente a las 13.10 horas de ayer en el hospital Quirón de Barcelona. Una de las últimas cosas que el emblemático dirigente catalán hizo antes de perder la conciencia, la tarde del pasado domingo, fue presenciar por televisión la victoria de Rafael Nadal sobre Fernando Verdasco en el torneo de tenis de Montecarlo. Poco después de terminar el partido se sintió indispuesto y, acompañado por su segunda mujer, Lluïsa Sallent, y su hija, María Teresa Samaranch Salisachs, ingresó por su propio pie en el centro hospitalario.

Media hora después sufrió un choque. Ya no recuperó el conocimiento, y su cuadro de fallo multiorgánico e insuficiencia coronaria derivó en la pérdida ayer –por una parada cardiorrespiratoria, según el último comunicado médico– del dirigente durante muchos años más influyente del deporte mundial y el hombre que hizo posible que Barcelona organizara los Juegos de 1992 desde su puesto de presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), cargo que ostentó durante 21 años.

«Ha tenido una buena muerte. Se ha ido sin sufrir y sin hacer sufrir, en su estilo habitual», aseguraba ayer su hijo, Juan Antonio Samaranch Salisachs, que también tomó el relevo como miembro del organismo olímpico cuando el padre dejó la presidencia, en el año 2001. Poco después de esas palabras y de conocerse la noticia de la muerte del Papa del olimpismo, los teletipos y los medios de comunicación se llenaron de reacciones llegadas desde todo el mundo, en un reflejo de la dimensión de la pérdida.

Unas manifestaciones que posiblemente se repetirán hoy, en los actos previstos tanto en el Palau de la Generalitat, donde se instalará la capilla ardiente, como en la Catedral, donde se oficiará el funeral a las seis de la tarde. Y es que Juan Antonio Samaranch Torelló, de 89 años (Barcelona, 17 de julio de 1920) ha sido uno de los personajes más transversales y omnipresentes de la vida pública catalana, española e internacional. Sus 60 años como dirigente, desde que en 1951 llevó a a la selección española de hockey sobre patines al primer título mundial par el deporte español, han dado para mucho.

Y los numerosos cargos ocupados durante la etapa más oscuramente franquista levantaron críticas que él siempre se esforzó en matizar. «Somos millones los que tuvimos un cargo en el franquismo. Es una cuestión de edad. Fue una época de España y todos hemos salido adelante. Los que tuvimos alguna responsabilidad nos dimos cuenta de que había llegado el momento de un cambio importante. Y, cuando se dio, fue un ejemplo para todos», aseguró en unas de sus memorias.

Samaranch pasó por todos los peldaños antes de asaltar la presidencia del COI. A los 34 años fue nombrado concejal de Deportes del Ayuntamiento de Barcelona; a los 46 fue designado Delegado Nacional de Educación Física y Deportes y a los 47 pasó a presidir también el Comité Olímpico Español. En ese 1967 fue elegido procurador en Cortes por el tercio familiar, en 1973 alcanzó la presidencia de la Diputación de Barcelona y en 1977, en plena transición, fue el primer embajador de España en la URSS, la antesala a su ascensión a la presidencia del COI, precisamente en Moscú en 1980.

Su carrera en el COI corrió paralela a su paso por La Caixa, que presidió entre 1987 (tres años antes de fusionarse con Caixa de Barcelona) y 1999, cuando fue relevado por Josep Vilarasau. «La huella que ha dejado Samaranch en La Caixa está marcada por su admirable personalidad y sus inmejorables dotes para alcanzar el consenso, siempre desde el respeto y la amabilidad, sin renunciar a sus principios», aseguraba ayer un comunicado de la entidad.

En 1988 se le concedió el premio Príncipe de Asturias a Samaranch, marqués desde 1991

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